Comentario
Gran parte de las tropas de Aníbal que cruzaron los Pirineos para dirigirse a Italia estaban compuestas por hispanos. Para evitar defecciones, otro gran contingente de hispanos fue enviado a reforzar el ejército de Africa mientras llegaban a la Península Ibérica abundantes tropas africanas.
La defensa cartaginesa de Hispania dependía de dos grandes ejércitos: uno de cerca de 15.000 hombres, mandado por Asdrúbal, defendía los territorios del sur del Ebro, mientras Hanón con un ejército de unos 10.000 infantes y 1.000 jinetes defendía los territorios del norte del Ebro. Ambos disponían de un gran contingente de naves que reforzaban la defensa costera.
He aquí un breve relato de los acontecimientos: el 218 a. C., Cneo y Publio Escipión se dirigen a Hispania y se enteran en Marsella de que Aníbal ha realizado la gran proeza de atravesar los Alpes y que comienza a operar en Italia. La ciudad griega de Ampurias, tradicional aliada de Roma, recibe a las primeras tropas romanas. El mismo 218 a.C. tienen lugar ya los primeros enfrentamientos entre romanos y cartagineses con marcados fracasos militares de éstos cerca de Cesse (Tarragona). Los romanos consiguen apoyos y alianzas entre los pueblos del norte del Ebro.
Tras un nuevo fracaso cartaginés en la batalla naval de la desembocadura del Ebro el 217 a.C., el ejército romano avanza con rapidez hacia el Sur. El 216 a.C. se cubre con nuevos éxitos militares de las tropas romanas en Dertosa (Tortosa) y, ya en el norte del Guadalquivir, junto a Iliturgi (Mengíbar, provincia de Jaén). Sin duda, el ejército romano se dirigió desde Levante al valle del Guadalquivir sin intentar controlar Cartagena y tal vez tampoco Elche. Entre los años 214-211 a.C., los relatos militares reflejan enfrentamientos en Mundo (cerca de Montilla), en Aurungis (¿Aurgi?, Jaén), cerca de Urso (Osuna) y cerca de Castulo (próximo a Linares, Jaén). Parece, pues, que se lucha con resultados desiguales por el control del alto y medio Guadalquivir. En el 211 caen los dos Escipiones en una emboscada cerca de Linares y los restos del ejército romano vencido tienen que retroceder hasta los Pirineos: de nuevo los cartagineses eran los dueños indiscutibles de Hispania.